Mindfulness

Si se le pregunta a una madre ¿qué quiere para su hijo?, la respuesta es casi inmediata: “que sea feliz y que sufra lo menos posible en su vida”. Si ella lo protegiera para que sufra “lo menos posible”, su sufrimiento se incrementará de sobremanera cuando deba afrontar emociones difíciles, ya que no tendrá las herramientas para afrontarlas adecuadamente, generando un efecto contrario a lo que se persigue, con una consiguiente sensación de impotencia e indefensión.

Frente a ello, es importante recalcar la importancia de la terapia de mindfulness, la cual cultiva en la práctica un modo mental diferencial y alternativo, denominado como “modo de ser” (más que “modo de hacer”), en el que enseña a la persona como colocar la atención en el momento presente, con una actitud de apertura y curiosidad, confiando en las reacciones que el propio organismo genera ante los diferentes eventos, ya que las mismas suelen referirse al deseo de que los eventos considerados como positivos perduren en el tiempo, que los negativos desaparezcan y que los neutros sean más estimulantes o menos aburridos.

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